El diafragma es uno de los músculos más importantes y de los más olvidados. Al igual que otros músculos, también es importante estirarlo.
Con este ejercicio no solo estiramos el diafragma sino que también tonificamos los pectorales, los abdominales y nos ayudará a reducir el vientre.
Se puede realizar en cualquier posición. De pie, sentados pero preferiblemente acostados boca arriba.
Consiste en realizar una inspiración torácica profunda seguida de una espiración abdominal metiendo el vientre hacia dentro. Es decir, hay que ampliar el tórax y reducir el abdomen.
Los pasos serían así:
Debe ser una respiración pausada y profunda. Al ritmo que necesites. Puedes hacer varios ciclos pero sin que llegues a cansarte.
Para ayudarte a sentir los movimientos, puedes colocar una mano sobre el pecho y la otra sobre el abdomen.
Las cadenas musculares son el conjunto de músculos estáticos que, junto con las fascias, trabajan en común para distribuir las fuerzas y mantener nuestra postura. Además de actuar en la bipedestación y en la marcha, realizan los cuatro movimientos globales principales del cuerpo: flexión, extensión, inclinación y rotación.
Los músculos no trabajan individualmente, sino en conjunto. Por lo que su tratamiento y estiramiento también debería ser en común, según la función que cumplen.
Aunque surgió como un tratamiento fisioterapéutico, hacer estos ejercicios regularmente nos ayudará ganar flexibilidad y elasticidad, aliviar tensiones, mejorar la circulación, evitar lesiones o aliviar dolores musculares y articulares.
Varias posturas coinciden con asanas de Yoga.
¿Cómo hacer los ejercicios?
Los estiramientos consisten en colocarse en la posición descrita y mantener la postura durante al menos 30 segundos realizando respiraciones profundas. Se pueden hacer varios ciclos intentando aumentar el estiramiento en cada uno.
Debes notar la tensión pero no dolor. En ese caso, interrumpe el ejercicio.
Estiramiento de la cadena posterior
La cadena posterior está formada principalmente los músculos tríceps sural (soleo y los dos gemelos), isquiotibiales, glúteos, piramidal, psoas, cuadrado lumbar, dorsal ancho, paravertebrales, trapecio y los músculos posteriores del cuello.
Ejercicio 1:
Nos tumbamos baca arriba con las piernas a 90 grados apoyadas sobre una pared procurando que los glúteos toquen la misma.
Los brazos deben estar estirados hacia arriba. Los pies en extensión para estirar los gemelos.
Realizamos una respiración profunda abdominal mientras mantenemos la posición llevando los pies hacia abajo y los brazos hacia arriba.
Ejercicio 2:
Estando boca arriba, realizamos una flexión de cadera, tronco y cabeza. Nos sujetamos los muslos o las rodillas con ambos brazos.
Mantenemos la posición realizando respiraciones profundas. Podemos hacer suaves balanceos.
Ejercicio 3:
Similar a la anterior pero de costado.
Estando recostado de un lado de nuestro cuerpo, flexionamos las caderas, las rodillas y la cabeza, como si fuera la posición fetal. Una mano debe estar debajo de la cabeza y con la otra aproximamos los muslos.
Ejercicio 4:
Estando boca arriba, con las rodillas ligeramente dobladas, flexionamos el tronco y estiramos los brazos hasta donde lleguemos. Si conseguimos alcanzar la parte superior de los pies, tiramos de ellos para lograr su extensión. Si no conseguimos llegar, podemos ayudarnos de una cincha colocándola en la parte inferior de los dedos.
Procuramos flexionar el tronco y la cabeza. Mantenemos la posición realizando respiraciones profundas.
Ejercicio 5:
Empezamos tumbados boca abajo. Apoyamos las manos en en suelo y nos elevamos estirando los brazos y las piernas de tal manera que nuestra cintura quede en 90 grados. Mantenemos la posición.
Estiramiento de la cadena anterior
La cadena anterior está formada principalmente los músculos tibial anterior, cuadriceps, transverso y recto abdominal, psoas, pectorales y los músculos anteriores del cuello.
Ejercicio 1:
Estando de rodillas, extendemos el cuerpo hacia atrás dejando caer los brazos y la cabeza.
Mantenemos la posición realizando respiraciones profundas.
Si fuera necesario, podemos sujetarnos las lumbares con las manos para tener más estabilidad.
Ejercicio 2:
Tumbados boca abajo, extendemos el cuello y el tronco estirando los brazos y colocando las manos a la altura de los hombros. Mantenemos la posición varios segundos mientras realizamos una respiración abdominal profunda. Si fuera necesario, podemos apoyarnos sobre los antebrazos con los codos flexionados.
También podemos flexionar las rodillas para estirar los cuadriceps.
Con este ejercicio no solo estiramos los músculos sino que también sirve para estirar y descomprimir los órganos, lo que ayudará a su buen funcionamiento y en la digestión.
Para hacer también un estiramiento más específico de la musculatura anterior del cuello, puedes hacer el ejercicio de nuestro artículo: Estiramiento del músculo platisma.
Ejercicio combinado. Estiramiento de la cadena anterior, posterior y lateral
Partiendo del ejercicio 2 donde habremos estirado la cadena anterior, sin mover las manos, conducimos el cuerpo hacia atrás, de manera que nos sentemos sobre los tobillos mientras los brazos quedan estirados. Flexionamos la cabeza acercando la barbilla al pecho. Podemos intentar estirar más los brazos y los dedos.
Volvemos a mantener esta posición varios segundos realizando una respiración profunda.
Desde esta posición, podemos incorporarnos lentamente y volver a realizar el estiramiento del ejercicio 2 o hacer una inclinación lateral del tronco manteniendo estirados los brazos. Mantenemos la posición y repetimos hacia el otro lado.
Estiramiento de la cadena cruzada
Con los siguientes ejercicios estiramos principalmente los músculos psoas, dorsal ancho, oblicuo mayor y menor, pectorales y trapecios.
Ejercicio 1: Ejemplo izquierdo
Tumbados del lado izquierdo, la pierna inferior debe estar estirada y la superior, flexionada hacia delante. Hacemos una rotación del cuerpo hacia la derecha. Ahora conducimos la pierna inferior hacia atrás para estirar el psoas y el brazo derecho hacia arriba en la misma dirección y ángulo que el muslo.
El otro brazo lo colocamos por encima del cuerpo o sobre la rodilla ayudando a aumentar la rotación y giramos la cabeza hacia la derecha.
Mantenemos la posición unos segundos y lo repetimos hacia el otro lado.
Estiramiento de la cadena lateral
Con este ejercicio, estiramos principalmente los peroneos, la fascia lata, el tensor de la fascia lata, los glúteos, el cuadrado lumbar, el dorsal ancho, el romboides y el tríceps braquial.
Ejercicio 1:
Estando boca arriba, flexiona la pierna izquierda y llévala hacia afuera. Conduce la otra pierna hacia el mismo lado manteniendola estirada y con el pie en inversión, como si estuviéramos inclinando el pie hacia la izquierda. Ahora realiza una inclinación del tronco y la cabeza hacia la izquierda y estira el brazo derecho hacia arriba. Puedes flexionar el codo para aumentar el estiramiento del tríceps.
Ejercicio 2:
De pie, junto a una pared o columna, nos sujetamos de la misma con los brazos más arriba posible y realizamos una inclinación lateral hacia un lado. Procuramos inclinar también el pie y la cabeza.
Mantenemos la posición y posteriormente lo repetimos hacia el otro lado.
Nota final: En este artículo no pretendo hacer un estudio sobre las cadenas musculares que desarrollaron Mézieres, Souchard o Busquets entre otros, sino dar una serie de ejercicios para que los pueda realizar cualquier persona y aprovechar sus beneficios.
Los pacientes con várices se benefician de la práctica de ejercicios aeróbicos que ayudan al sistema cardiovascular en general y aumentan el tono de la región de la pantorrilla lo cual favorece el retorno venoso, los mejores ejercicios para los pacientes con várices son la caminata, la marcha, subir pendientes o escaleras y la natación.
Aún cuando se practiquen estas disciplinas y más aún si no es así, existen una serie de ejercicios destinados a mejorar el retorno venoso, aumentar el tono de las venas y mejorar el tono muscular de los miembros inferiores todo lo cual redundará en mejoría de la sintomatología, disminución de la velocidad de progresión y mejores resultados de las estrategias terapéuticas empleadas.
1.- Contracción y estiramiento de piernas:
Acostados, con los brazos detrás de la nuca (a), flexionar una pierna contrayéndola de manera tal que lleve la rodilla hacia el pecho, sin que la cintura se despegue del piso (b). Luego elevar la pierna hacia el techo para dejarla en posición recta (formando un ángulo de 90 grados con el torso). Baje lentamente la pierna estirada y sin flexionar hacia el piso. Repita el ejercicio de la misma forma con la otra pierna.
2.- Levantamiento de piernas (con movimiento de pies):
Acostados, con los brazos ubicados detrás de la nuca (a), elevar una pierna hasta formar un ángulo de 90 grados con el torso (b). Una vez que tiene la pierna en alto, mueva los dedos del pie hacia delante y hacia atrás. Realice este movimiento varias veces y luego descienda la pierna estirada en forma lenta hacia el piso. Repita el ejercicio con la otra pierna.
3.- Movimientos circulares de piernas (en suspensión):
Acostados, con los brazos estirados a los costados y la nuca sobre una almohada ligera, elevar las piernas hasta formar una ángulo de 45 grados con el torso. Una vez que las piernas permanecen en alto, mover los pies realizando movimientos circulares hacia dentro y hacia fuera. Realizar varios círculos y luego descender ambas piernas. Descansare y repetir una vez más el ejercicio.
4.- Movimientos de pie con pierna suspendida:
Acostados y con los brazos estirados a los costados, elevar una pierna hasta formar una ángulo de 45 grados con el torso. Una vez que la pierna permanece en alto, mover el pie realizando movimientos hacia delante y luego hacia atrás. Realice varios movimientos y luego descienda la pierna. Repita el ejercicio con la otra pierna y el otro pie.
5.- Movimientos de piernas al estilo «bicicleta»:
Acostados, elevar ambas piernas despegándolas del piso y sosteniendo las caderas con ambas manos, ubicando los brazos al costado del cuerpo. Realizar movimientos circulares alternados, como si estuviera pedaleando en una bicicleta. Haga los movimientos durante un par de minutos, descanse y repita nuevamente la serie.
Se han recuperado alimentos como la espelta, un grano completo que parecía olvidado desde hace décadas y que gracias a sus beneficios sobre el organismo de las personas se vuelve a consumir. Actualmente el pan de espelta, al que se puede añadir un chorrito de aceite de oliva durante su preparación, es la receta más consumida con este grano. Pero no sólo de pan vive el hombre, la espelta también se utiliza en el mundo de la repostería, como cereal en los desayunos y en barritas energéticas para deportistas, entre otras cosas.
Si no conoces sus propiedades, la Health Coach Rocío Río de la Loza las descubre a continuación:
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El plank o la plancha es un ejercicio isométrico muy completo donde se trabaja a diferentes niveles.
La postura no requiere ningún movimiento. El cuerpo tiene que estar en línea recta desde la cabeza hasta los talones, apoyándose con las manos o los antebrazos y las puntas de los pies. Hay que mantener el cuerpo lo más plano posible.
Durante el ejercicio, lo podemos combinar con técnicas hipopresivas haciendo inspiraciones torácicas, ampliando el tórax mientras hacemos fuerza con el abdomen hacia adentro.
Hay que mantener la posición el tiempo que cada uno pueda. Hazlo a tu ritmo. Podemos comenzar por mantener la posición durante 30 segundos y poco a poco ir aumentando el tiempo hasta llegar a 2-5 minutos. Después descansamos y hacemos varias repeticiones.
Si al principio te resulta complicado mantener la postura, puedes apoyar las rodillas.
Con este ejercicio trabajamos a la vez diferentes músculos. Principalmente los pectorales, abdominales, diafragma, psoas, glúteos, cuádriceps, isquiotibiales, tibial anterior y gemelos.
Plank lateral
Lleva tu antebrazo derecho con el codo debajo de los hombros y los pies juntos. Levanta las caderas lo más alto posible formando una línea recta desde la cabeza hasta los talones. Extiende el brazo izquierdo directamente por encima del hombro y aprieta la mano derecha en la colchoneta. Mantén la posición durante unos 30 segundos cada lado. Para aumentar la dificultad, puedes levantar la pierna izquierda hacia arriba.
El también llamado latísimo del dorso, es un amplio músculo con numerosas inserciones que comunica la cintura pélvica y la cintura escapular. De ahí, su importancia en las posibles compensaciones entre ambas zonas. Por ello, cuando hay una patología en el hombro, no hay que olvidar valorar y tratar la pelvis.
El dorsal ancho se origina en una gran aponeurosis desde la cresta ilíaca, zona posterior del sacro, apófisis espinosas de las cinco vértebras lumbares y las seis últimas dorsales. Desde aquí, las fibras ascienden hacia el brazo uniéndose también a las cuatro últimas costillas para acabar insertándose en la corredera bicipital del húmero.
Su principal acción es extensión y rotación interna del hombro.
Patologías relacionadas:
El dorsal ancho se puede ver relacionado en varias patologías:
Lumbalgia: Puede tener orígenes muy distintos o un origen multifactorial. Por esta razón, hay que hacer siempre una valoración completa, preguntado al paciente por los síntomas, los hábitos, etc. Si la lumbalgia se acompaña de ciática hablamos de lumbociática. Si la lumbalgia se produce por aumento de tono del psoas ilíaco, del dorsal ancho o de los dos músculos va a estar acompañada de hiperlordosis.
Dorsalgia: Hay diferentes causas que generan dorsalgia: enfermedad de Pott, osteoporosis, también la osteopenia, fracturas o aplastamientos vertebrales, problemas costales, bloqueos del músculo diafragma… en el caso de que la dorsalgia la genere el aumento de tono o una contractura del músculo dorsal ancho, se va a producir rectificación de la cifosis dorsal en su zona más baja. También puede generar hiperlordosis alta, muy relacionado con el bloqueo del diafragma.
Dolor en el hombro: El dolor de hombro es muy complicado ya que es una articulación muy inestable. El hombro debe conseguir su estabilidad mediante acción muscular, entonces, en el momento que hay alteración de las fuerzas musculares se va a generar dolor en el hombro y falta de estabilidad.
Algunas de las patologías más comunes del hombro que pueden ser causa de una disfunción del músculo dorsal ancho o causar alteración en el músculo son: tendinitis del manguito de los rotadores, tendinitis bicipital, bloqueos articulares o pérdida de la movilidad del hombro, calcificaciones…
Valoración:
Dada la relación con el músculo psoas, ambos se valoran igual.
Paciente en decúbito supino con los brazos estirados hacia la cabeza a 180 grados del cuerpo. El terapeuta se sitúa en la cabecera. Sujeta ambas manos y comprueba la alineación de los pulgares. El brazo más corto indicará un acortamiento del dorsal ancho del mismo lado.
Ejercicios para fortalecer:
– Dominadas:
Este ejercicio clásico es el más específico para el trabajo de este gran músculo.
Si no dispones de fuerza, puedes realizar los jalones anteriores en una polea.
– Remo:
El remo incide sobre todo en las fibras medias del dorsal, intenta llevar la carga hacia la cadera y no hacia el hombro, así conseguirás localizarlo en el dorsal y no en el trapecio.
– Pull-over:
Lo puedes realizar con una polea o con peso libre, actúa en conjunto con el pectoral.
Este ejercicio está muy indicado para nadadores.
Ten especial cuidado al descender, ya que la articulación del hombro se ve muy comprometida.
Autoestiramientos:
Técnica 1:
Siéntate sobre los talones al tiempo que llevas tus brazos hacia delante, inclínate hacia un lado para lograr el máximo estiramiento de cada lado.
Mantén la posición unos segundos e intenta avanzar con los dedos hacia delante unos centímetros más.
Técnica 2:
Sujétate lateralmente a una espaldera, coloca un brazo adelantado y la pierna del mismo lado muy atrasada.
Déjate caer hacia el exterior y notarás el estiramiento completo del dorsal.
Técnica 3:
Con un fitness-ball, coloca tus manos arriba y simplemente deja caer el cuerpo hacia abajo.
Estiramientos para terapeutas:
Primera técnica:
El paciente se sienta en el suelo con las piernas flexionadas. El terapeuta se coloca detrás del paciente, apoya una de sus rodillas entre las escápulas, eleva el brazo a estirar en antepulsión completa y supinación. Pide al paciente que inspire, y cuando está en apnea, ejerce fuerza tirando del brazo hacia arriba, hacia atrás y ligeramente en rotación externa, a la vez que utiliza la rodilla como punto de apoyo para hacer una inclinación contralateral del tronco. Relaja en la fase de espiración.
Segunda técnica:
Paciente en decúbito supino. El brazo en antepulsión completa y rotación externa. Con una mano, el terapeuta sujeta el codo del lado a tratar y con la otra, sujeta la cresta ilíaca. Pide al paciente que inspire y cuando está en apnea, el terapeuta tracciona del brazo hacia arriba y del ilíaco hacia abajo. Relaja en la fase de espiración.
Tercera técnica:
Paciente en decúbito lateral apoyado sobre un rulo o cojín con las caderas y las rodillas flexionadas. El terapeuta sujeta el brazo del lado a tratar y lo conduce en antepulsión y rotación externa mientras que con la otra mano, sujeta la cresta ilíaca. Pide al paciente que inspire y cuando está en apnea, realiza una tracción del brazo en sentido craneal y del ilíaco en sentido caudal.
Consejo: Si eres un deportista o paciente, procura estirar. Si eres un profesional, procura valorar y tratar.
Si queremos tener una piel bonita tenemos que tener una piel bien hidratada. La hidratación de la piel es una de las partes más importantes para la salud y belleza de la piel. Una piel bien hidratada será una piel turgente, tersa, elástica y firme y en esta entrada os contamos 7 formas para hidratar la piel de manera natural:
Cuando cocinamos siempre intentamos hacer un buen plato, algo que realmente nos guste, diferente, casero. Si nos gusta cocinar y cuidarnos, normalmente escogemos los mejores ingredientes posibles para cada plato.
Sin embargo, ¿cuándo nos hemos preocupado del agua con la que cocemos nuestra pasta durante hora y media a fuego lento, o del guiso que llevamos preparando desde hace 3 horas, o el agua con la que hemos lavado nuestras frutas y verduras? Te explicamos seis motivos para cocinar con agua filtrada.
1. Cocinar con agua filtrada: Ni sales ni metales pesados
El agua que bebemos en botella, pese a no ser lo mejor del mundo, normalmente ha pasado unos filtros concretos, y aunque el agua de grifo está mucho más controlada, el trayecto hacia tu grifería por los tubos hace que acumule grandes cantidades de sal y metales. Cocinar con agua filtrada hará que desaparezcan todas estas sales y cal acumulada en el agua al salir del grifo a tu vaso.
2. Siente el sabor verdadero
Todo influye, y en esto está de acuerdo mucha gente. No es lo mismo hacerte un café con agua filtrada que sin filtrar. No es lo mismo un té con agua con sales e impurezas que un agua clara y limpia que absorba el sabor. Con los caldos, cocidos y demás, te puedes imaginar.
3. Evita posibles problemas
Si algo se resiente en el cuerpo del abuso de sales es claramente tu sistema nervioso y tus articulaciones. Si bien la cantidad que tomamos es muy pequeña cuando bebemos directamente de un grifo, también es cierto que todo depende de nuestro cuerpo. Cocinar con agua filtrada quita dichos riesgos. Si padecemos de alguna enfermedad relacionada con esto, está claro que deberemos filtrar nuestra agua.
4. Demasiado cloro
Este suele ser el mayor problema de todos: el exceso de cloro. En España, el principal componente que lleva en exceso el agua del grifo es el cloro y sus derivados. Esto es debido al intenso uso de este producto para purificar y limpiar el agua. Si bien no tiene porque pasarnos absolutamente nada, puede darnos mala sensación oler o saborear el cloro. Filtrando el agua, sencillamente te quitas del mal olor y sabor del cloro.
5. ¿Es potable el agua del grifo?
El agua del grifo en España es de alta calidad, potable y lista para beber como en cualquier lado de Europa Occidental. El agua pública es objeto de muchos controles estrictos y diarios, concretamente 527 en la provincia de Barcelona. En cambio, los controles para el agua embotellada son mucho menos restrictivos. En lugar de ello, deberías preocuparte por lo nocivo que llega a ser el componente BPA de las botellas de plástico.
6. No vas a tener que reciclar botellas de plástico
Mientras que animamos a todo el mundo a reciclar de forma sistemática, hay que entender que reciclar es solo una segunda opción dentro de las mejores en el consumo de agua. En lugar de eso, es mejor simplemente evitar la basura plástica. Las botellas de agua, aparte de tener menor control microbiológico, son insostenibles en su proceso y en su consumo, porque solo se recicla un 20% de todas las botellas de todo el mundo, y son mucho más caras, incómodas y pesadas de transportar y matan a millones de animales marinos cada año, muchos que actualmente están en peligro de extinción y que ingieren o quedan atrapados por el plástico: ping�inos, focas, ballenas, leones marinos.
Este es un estiramiento en cadena, sencillo pero muy completo. Ayuda tanto a nivel muscular como visceral.
Movimiento 1:
Tumbados boca abajo, extendemos el cuello y el tronco estirando los brazos y colocando las manos a la altura de los hombros. Mantenemos la posición varios segundos mientras realizamos respiraciones profundas.
En esta posición, estiramos los músculos anteriores del cuello, pectorales, psoas y abdominales. Principalmente el recto anterior.
Con este ejercicio no solo estiramos los músculos anteriores sino que también sirve para estirar y descomprimir los órganos, lo que ayudará a su buen funcionamiento y en la digestión.
Esta postura es similar a la que en Yoga se le llama postura de la cobra.
Movimiento 2:
Partiendo de ésta posición y sin mover las manos, conducimos el cuerpo hacia atrás, de manera que nos sentemos sobre los tobillos mientras los brazos quedan estirados y la barbilla hacia el pecho.
Volvemos a mantener esta posición varios segundos realizando una respiración abdominal.
En esta posición estiramos los músculos posteriores del cuello, paravertebrales, dorsal ancho, glúteos, cuadriceps y tibial anterior.
Movimiento 3 (opcional)
Desde esta misma postura, realizamos una inclinación lateral llevando los brazos primero hacia un lado, mantenemos unos segundos y después hacia el otro. De esta manera, también estiramos el cuadrado lumbar y el dorsal ancho.
Como rutina, podemos hacerlo dos veces al día. Por ejemplo, al levantarnos y al acostarnos.
La demencia, demencia senil o senilidad no es una enfermedad única, sino que se refiere a un síndrome en el cual se ven afectadas áreas de la cognición, que pueden ser la memoria, la atención, el lenguaje y la resolución de problemas.
Entre las formas más comunes de demencia se encuentran: enfermedad de Alzheimer, demencia vascular, demencia frontotemporal, demencia semántica y la demencia con cuerpos de Lewy. Menos del 10% de los casos de demencia se deben a causas que, en la actualidad, se pueden revertir con tratamiento.
Los expertos advierten que si realmente queremos protegernos de la demencia senil, necesitamos comenzar a cuidar de nuestro cerebro desde la juventud. Pero, ¿qué podemos hacer para reforzar nuestra salud cerebral – y evitar la demencia? Aquí tienes 15 consejos que pueden ayudarte.