¿Eliminar una contractura? Depende
Además de las contracturas que se puedan producir por un traumatismo, un exceso de esfuerzo o de elongación, etc. tenemos que tener en cuenta que hay contracturas estructurales que produce nuestro propio cuerpo para cumplir una función: sujetar una estructura, conseguir una compensación o proteger una lesión. Por lo que es un error pensar que siempre tenemos que eliminarlas.
Por todo nuestro cuerpo, tenemos una serie de contracturas latentes que habitualmente no nos duelen a no ser que ejerzamos una presión o movimiento transversal sobre ellas. Suele ser más común encontrarlas en los músculos estáticos que mantienen nuestra postura. Algunas de ellas, las podemos tener desde hace varios años y no manifestar dolor.
Alguna de estas contracturas las genera nuestro cuerpo porque necesita que cumplan una función como puede ser:
– Conseguir una compensación
En ocasiones, el cuerpo puede generar una contractura para buscar una compensación a una lesión anterior o incluso a otra contractura.
– Sujetar una estructura
Un ejemplo claro es lo que ocurre en una escoliosis. Para mantener las curvaturas de la columna y el resto de compensaciones, habrá músculos contracturados para conseguir la postura en equilibrio.
– Proteger una lesión
Las contracturas son un gran mecanismo de defensa y protección ante una lesión.
En el caso de tener una lesión muscular como puede ser un desgarro o una lesión ósea como una fisura o fractura, las fibras que rodean la lesión se contracturan para proteger la zona dañada y ayudar a la cicatrización.
Estas contracturas son necesarias. Por esa razón, muchas veces cuando se trata una contractura y pensamos que se ha eliminado, al cabo de un tiempo vuelve a aparecer o incluso, surge un dolor en otra zona del cuerpo.
Conclusión:
Las contracturas son comunes, algunas son necesarias y forman parte de nuestra estructura corporal. Todo tiene su motivo y están ahí por alguna razón.
Una contractura puede ser consecuencia de otra lesión principal. O incluso de otra contractura. Por lo que no debemos tratarla individualmente. Si vemos que no remite o se repite, no hay que insistir sobre la misma sino buscar la causa por la cual se produce.
Como decía el padre de la osteopatía Andrew T. Still entre otros, el terapeuta no cura, sino que ayuda a que el cuerpo se cure solo.