¿Buscas bajar de peso o mantener tu figura estable? Cuando hablamos de dietas equilibradas y sostenibles, no solo hacemos referencia a aquellas recomendadas desde un punto de vista nutricional, sino que también a nivel de consumo y producción originen un impacto menor dentro del entorno. Sabiendo esto, la pregunta es ¿Qué pasaría si se lleva una vida donde se combina un consumo de alimentos presentes en una dieta mediterránea, manteniendo hábitos saludables como respetar el ambiente y hacer ejercicio?
Lo necesario para que toda dieta se considere equilibrada equilibrada y completamente sana es fundamental que suministre todos los nutrientes necesarios y en las cantidades esenciales para que de esta forma toda persona pueda cubrir sus necesidades y no sufra o enferme por alguna carencia. El beneficio de las dietas equilibradas y sostenibles puede verse en estos tres principales efectos:
Las palabras salud y alimentación son dos términos que caminan juntos de la mano. Todo alimento que se consume es determinante en gran medida para el bienestar del organismo, tanto de cada persona que está detrás de los alimentos que consume así como del planeta que vivimos. Así que, podemos decir que ha llegado el momento de concientizar más sobre nuestros hábitos alimenticios y las ventajas y beneficios que promueve tener una dieta balanceada y equilibrada. Es importante recordar que cada alimento que consumimos es parte de una cadena de producción donde existe una intervención de varios agentes. Manteniendo esta dieta lograrás:
Como ya hemos ido mencionando los beneficios que promueve llevar una dieta equilibrada y nutritiva, es que esta proporciona doses adecuadas dentro de cada grupo alimenticio. Nos referimos por supuesto a frutas, vegetales, lácteos, grasas, proteínas, entre otros. También es importante hacer una combinación de la ingesta con actividades físicas, ocio productivo y consumir de forma responsable.
Recuerda, tus hábitos alimenticios no deberían provocar ningún riesgo a tu salud y tampoco en la del planeta en que vivimos y mucho menos convertirse en un medio que termine perpetuando prácticas que se consideren nocivas para los derechos humanos.
Tenemos buenas noticias: estamos en temporada de fresas, y eso significa que podemos disfrutar de su frescor y a la vez ayudar a cuidar nuestra salud.
La temporada de la fresa se considera formalmente que va de enero a junio, por tanto el periodo ideal para empezar a consumirlas es marzo, que se prolonga normalmente hasta mayo.
Eso sí, para exprimir el máximo sabor con el mínimo de calorías, hace falta algo de técnica. Esa es nuestra especialidad, y hoy os traemos una receta ideal para conseguirlo.
Antes, un resumen de las propiedades de la fresa:
La Receta – Tarta Ligera de Fresa de Temporada
Bizcocho de fresa:
Precalentar el horno a 180 grados. Engrasar un molde con mantequilla de tarta de 18 cm de diámetro. Lo primero de todo es hacer un batido con las fresas, simplemente con la batidora y sin añadir nada más. También derretiremos la mantequilla en el microondas, dejando después que se enfríe a temperatura ambiente.
Mezcla liquida: Mezclar los huevos, el azúcar, el batido de fresas, la sal y la mantequilla derretida pero no caliente. Por otro lado, tamizar en un bol la harina con la levadura química y el bicarbonato. Verter en el bol la mezcla liquida y remover justo lo necesario para que los elementos secos se mojen. ¡Si se remueve demasiado la mezcla, el bizcocho va a perder su textura blanda! Así que no conviene pasarse, tres o cuatro vueltas con una cuchara o varilla bastaran. Verter la mezcla en el molde y hornear durante 20 minutos. Para saber cuándo sacarla, pinchar con un palito en el centro. Si sale limpio la tarta esta lista. Dejar enfriar y después desmoldar.
Crema de fresas y yogurt
Como para el bizcocho, preparar un batido con las fresas. Mezclar una mitad del yogur con la esencia de vainilla. Poner en remojo la gelatina en agua fría unos 10 minutos. Preparar una crema pastelera con las fresas, la mitad del yogur, el azúcar, el almidón de maíz y el huevo. Para ello, primero mezclar en seco en un cazo el almidón de maíz y el azúcar, añadir el yogur, el huevo y remover hasta que no haya grumos. Una vez bien mezclado, agregamos el batido de fresas. Ponemos la mezcla a fuego bajo y vamos removiendo continuamente para que no se pegue hasta que veamos que ha cuajado, que será cuando empiece a hervir. Cuando esto pase, dejar unos 30 segundos mientras seguimos removiendo, y después retiramos del fuego. Ya fuera del fuego, añadir la mantequilla en cubitos pequeños y la gelatina escurrida. Añadir la otra mitad del yogur con la vainilla y homogenizar bien todo con una batidora. Verter en una fuente, cubrir con papel film en contacto y guardar en nevera hasta que la gelatina haya cuajado.
Montaje de la tarta
Usar el bizcocho como base. Con una batidora eléctrica de varillas, batir la crema de fresa hasta que se quede bien bien lisa. Después, con una manga pastelera y la boquilla que queráis, decorar la superficie del bizcocho con la crema de fresa. Podéis añadir unas fresas encima para darle el último toque, y a disfrutar!
Cuando cocinamos siempre intentamos hacer un buen plato, algo que realmente nos guste, diferente, casero. Si nos gusta cocinar y cuidarnos, normalmente escogemos los mejores ingredientes posibles para cada plato.
Sin embargo, ¿cuándo nos hemos preocupado del agua con la que cocemos nuestra pasta durante hora y media a fuego lento, o del guiso que llevamos preparando desde hace 3 horas, o el agua con la que hemos lavado nuestras frutas y verduras? Te explicamos seis motivos para cocinar con agua filtrada.
1. Cocinar con agua filtrada: Ni sales ni metales pesados
El agua que bebemos en botella, pese a no ser lo mejor del mundo, normalmente ha pasado unos filtros concretos, y aunque el agua de grifo está mucho más controlada, el trayecto hacia tu grifería por los tubos hace que acumule grandes cantidades de sal y metales. Cocinar con agua filtrada hará que desaparezcan todas estas sales y cal acumulada en el agua al salir del grifo a tu vaso.
2. Siente el sabor verdadero
Todo influye, y en esto está de acuerdo mucha gente. No es lo mismo hacerte un café con agua filtrada que sin filtrar. No es lo mismo un té con agua con sales e impurezas que un agua clara y limpia que absorba el sabor. Con los caldos, cocidos y demás, te puedes imaginar.
3. Evita posibles problemas
Si algo se resiente en el cuerpo del abuso de sales es claramente tu sistema nervioso y tus articulaciones. Si bien la cantidad que tomamos es muy pequeña cuando bebemos directamente de un grifo, también es cierto que todo depende de nuestro cuerpo. Cocinar con agua filtrada quita dichos riesgos. Si padecemos de alguna enfermedad relacionada con esto, está claro que deberemos filtrar nuestra agua.
4. Demasiado cloro
Este suele ser el mayor problema de todos: el exceso de cloro. En España, el principal componente que lleva en exceso el agua del grifo es el cloro y sus derivados. Esto es debido al intenso uso de este producto para purificar y limpiar el agua. Si bien no tiene porque pasarnos absolutamente nada, puede darnos mala sensación oler o saborear el cloro. Filtrando el agua, sencillamente te quitas del mal olor y sabor del cloro.
5. ¿Es potable el agua del grifo?
El agua del grifo en España es de alta calidad, potable y lista para beber como en cualquier lado de Europa Occidental. El agua pública es objeto de muchos controles estrictos y diarios, concretamente 527 en la provincia de Barcelona. En cambio, los controles para el agua embotellada son mucho menos restrictivos. En lugar de ello, deberías preocuparte por lo nocivo que llega a ser el componente BPA de las botellas de plástico.
6. No vas a tener que reciclar botellas de plástico
Mientras que animamos a todo el mundo a reciclar de forma sistemática, hay que entender que reciclar es solo una segunda opción dentro de las mejores en el consumo de agua. En lugar de eso, es mejor simplemente evitar la basura plástica. Las botellas de agua, aparte de tener menor control microbiológico, son insostenibles en su proceso y en su consumo, porque solo se recicla un 20% de todas las botellas de todo el mundo, y son mucho más caras, incómodas y pesadas de transportar y matan a millones de animales marinos cada año, muchos que actualmente están en peligro de extinción y que ingieren o quedan atrapados por el plástico: ping�inos, focas, ballenas, leones marinos.